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Tiffany: Técnica de tiffany

¿en que consiste la tecnica de Tiffany?

La técnica tiffany fue creada a finales del siglo XIX por Louis Comfort Tiffany, hijo mayor del fundador de la famosa joyería Tiffany & Co. Inspirándose en las vidrieras de la cultura islámica. Creó su propia técnica de ensamblado que  consiste en la unión de las piezas cortadas, por finas láminas de cobre pegadas al canto del vidrio y luego soldadas entre sí. Utilizando un vidrio especial y de gran belleza  llamado opalescente, iridiscente.

Aqui os explicamos un poco en que consiste la técnica para todos aquellos que os animéis a crear estas obras de arte tan bellas. Los materiales los encuentras en nuestra tienda en la sección de Tiffany

 

 Corte de las piezas de vidrio

Una vez dibujado el diseño en las piezas en el vidrio con un rotulador de tinta permanente, se procederá a cortarlas.

 

Para realizar los cortes empleamos un cortador especial para vidrio o rulina. Como hemos dicho anteriormente cada pieza debe ir marcada con el número que le corresponde.


Una vez que hemos pasado la rulina, se van separando los trozos de vidrio dando unos golpes por el lado contrario al corte y sobre el mismo, utilizando para ello el remate metálico que tienen las rulinas.

A continuación, separamos definitivamente los trozos con ambas manos o utilizando una herramienta – separador– específica para este uso de gran utilidad.


En este momento, se cortará cada pieza, siguiendo el trazado de la misma y en forma fraccionada, separando los pequeños fragmentos sobrantes con los alicates especiales.

Damos preferencia a los cortes curvos que encierran mayor dificultad.


Las piezas no se cortarán por la línea exacta del dibujo marcado, se dejará un milímetro de margen a todo el contorno que después pulimos dejándolo al tamaño exacto.

 

  • Pulido de las piezas de vidrio

 

Se comenzará a pulir la primera pieza en la pulidora hasta que se acomode totalmente a su espacio en el patrón.

 

 

Una vez que la pieza está pulida se sujeta al patrón con papel adhesivo para que quede inmóvil y permita ajustar la siguiente.


A continuación, pulimos la segunda pieza que deberá ajustarse exactamente a su espacio en el patrón y a la primera pieza en la zona que ambas confluyan sin que quede ninguna separación.

De este modo, iremos puliendo y ajustando sobre el patrón los diferentes trozos de vidrio hasta completar el diseño.

Una vez finalizado el pulido y antes de colocar cobre en los contornos, debemos lavar perfectamente cada pieza con agua para eliminar el polvillo resultante del pulido.

 

  • Encobrado

 Con las piezas lavadas y perfectamente secas, se procederá a rodearlas de cinta de cobre que es adhesiva por su cara interior.

 

Dado que el vidrio para los trabajos de Tiffany siempre tiene un grueso de 3mm. aproximadamente, el ancho que recomendamos para la cinta de cobre es de 4,7 mm., cuando se trata de confección de lámparas, aunque existen otros anchos.


El cobre se irá pegando a las piezas muy centrado para que por ambos lados sobren aproximadamente 0,8 mm. que, a continuación, serán redoblados sobre el vidrio, empleando un punzón o buril. Consiguiendo de esta forma un filo de cobre por ambas caras de la pieza que servirá para poder soldar unas piezas con otras.

 

Cuando los vidrios empleados sean transparentes o espejos, utilizamos cinta de cobre de color negro por su parte adhesiva.

· Soldadura

 

Una vez que todas las piezas están perfectamente encobradas, las volvemos a colocar sobre el patrón, ajustándolas perfectamente y sujetándolas con papel adhesivo para que no se muevan.

 

 

Después de dar agua de soldar a las juntas, se procede a dar puntos de unión con estaño entre las piezas, para que todas ellas queden sujetas.


En este momento se quitará la cara del patrón y, fuera de él, se soldará primero por el reverso y luego por el anverso, con el suficiente estaño para que las soldaduras queden abultadas en media caña.

El soldador debe llevarse siempre en contacto con el vidrio, nunca en vilo.

 

Patinado

 

Llegado este momento, se lavará con agua y jabón nuestro trabajo frotando suavemente con una esponja para eliminar las impurezas del estaño y el agua de soldar.


Una vez que el trabajo está perfectamente limpio y seco, aplicamos pátina a todas las soldaduras y remates metálicos. Estos rápidamente adquieren un tono negro.

Los remates metálicos se frotan previamente con estropajo de aluminio para que la pátina penetre perfectamente.


Pasados unos quince minutos, volvemos a lavar el trabajo, dejando caer el agua sobre éste con relativa fuerza para que arrastre la pátina de las piezas de vidrio.

 

 

A continuación, con un trapo limpio, se van secando las piezas una a una, sin tocar las soldaduras y remates metálicos patinados para conseguir una total limpieza del vidrio.


Transcurridas unas horas, rociamos las soldaduras, remates metálicos y piezas de vidrio con un barniz de terminación con el fin de que las zonas patinadas adquieran un agradable brillo y fijeza sin perjudicar al vidrio.